En este blog (personalísimo, íntimo y exclusivamente mio), me voy a permitir vomitar por los dedos lo que se me pasa por la mente con una única razón: contar verdades duras y desnudas de polvo y paja.
Me voy a centrar en mi reciente historia de despido de la empresa para la que trabajo, porque ciertamente a estas alturas ya hay material para amenizar algún que otro rato de espera.
Aunque conociéndome como me conozco, se de sobras que más pronto que tarde comenzaré a desbarrar con algún tema que me despierte el interés, como hoy han sido las soflamas en titulares de prensa local acerca de nuestra esplendorosa candidatura a capitalidad cultural 2016. Menudo fiasco...
Pero en fin....me centro a lo que vine: que se sepa, con luz y taquígrafos el minuto a minuto de mi relación con este
Empieza esta, mi primera entrada en este blog con el título "VIVIR CON MENOS MIEDO", porque así es como yo vivo ahora.
Vivimos acongojados por miles de miedos que nos creamos y nos imponen cada día. La crisis, el paro, el cancer de pulmón, la hipoteca, una huelga de controladores.....
Es bien difícil sacudírselos de encima, pero yo hoy soy un hombre feliz. Porque he podido quitarme uno de los más terribles: el miedo al despido.
Gracias a los innombrables, hoy soy un hombre que acude a trabajar sin preocuparse por si el jefecillo de turno tiene algún problema de próstata y la va a coger conmigo. Hoy no tengo miedo al chantaje de una nómina. Hoy literalmente me la sopla que los que tienen mando sin tener autoridad, me cojan ojeriza.
Y esta libertad es sublime.
Ya no tengo miedo a que me despidan...primero porque ahora mismo no pueden. Y segundo, porque si pudieran, me la iba a traer literalmente al fresco.
Y por eso estoy aquí...para lanzar a los cuatro vientos mi privilegiada situación. Para poder decir lo que me de la gana (sin faltar, que fui a colegio de pago), pero sobre todo, para poder contar la verdad y dar un poquito de desahogo a los que como yo antes, aún viven atenazados por el brazo tonto del poder empresarial materializado en unos incompetentes que se creen semi dioses.
Algo conseguiré, que es darme el gusto y, quien sabe, arrancar una sonrisa o al menos un poco de satisfacción para los que, obligados por sus situaciones familiares, se ven forzados a seguir cerrando la boca, apretando los dientes y resignándose en la espera de un futuro mejor.
Va por mi, y va por todos ellos.
En la próxima entrada: "Historia de unas vacaciones de 8 meses pagadas, Cap. 1. El golpe"
Gracias a todos por estar aquí
Bravo! Esto se va a convertir en una auténtica venganza creativa, que es , sin lugar a dudas, la mejor. Cuando me vi en una situación parecida a la tuya, alguien del gremio musical me dijo que la historia contaba con auténticos hits, que no eran más que venganzas hacia managers, discográficas, distribuidores o antiguos colegas de escenario. La mía la convertí en ficción literaria.
ResponderEliminarTe auguro mucho éxito en esta zona de combustiones y desahogos espontáneos.
Un besote, darling!