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jueves, 16 de junio de 2011

PERICO RIPIAO

Se denomina Perico Ripiao a un conjunto integrado por tres o cuatro músicos, cuya especialidad consiste en ejecutar ritmos folclóricos dominicanos, especialmente merengue, mangulina o carabiné, utilizando instrumentos como la tambora, la güira y el acordeón, en la generalidad de los casos, pero, es frecuente agregar una marimba (instrumento que es construido de forma artesanal) que hace las veces de bajo.
  Pues hoy en el centro de Las Palmas tuvimos el grupo al completo. Y es que estos altos cargos de gestión parece que tienen que ir en comandita a todas partes para llevar a cabo su impagable labor y liderazgo. Suelen ir por parejas, como la guardia civil,(excepto el espía de las sombras, que ese siempre va sólo...pero vaya, ese no está en la élite, sino en las cloacas del grupo y aparte de pasarse el día tratando de sintonizar sin éxito los monitores de la entrada, invierte su valioso tiempo en intentar que alguna redactora acepte sus reiteradas invitaciones a tomar café. Y no lo consigue el pobre)  pero a  veces, como hoy, sale la banda entera a amenizar el baile y se nos ha plantado en el territorio comanche que es este centro, el músico que le da nombre a la banda.
  En dos meses que llevo reincorporado, sólo le he visto por aquí una vez, y de refilón.

  Pero vaya...como si yo no existiera. Es acojonante la forma en que uno se vuelve transparente, porque un tipo con el que compartí 12 años levantando el proyecto de tv canaria, en ocasiones de forma muy estrecha, ahora actúa como si no me conociera de nada. Reconozco que, a nivel personal, para mi ha supuesto una desilusión, porque a diferencia de estos personajillos recien llegados de la península, con el Ripiao tuve siempre una relación personal, en la que además, por mi parte, existía un respeto y una alta estima profesional.
  Siempre me pareció un tipo eficiente, ordenado, metódico y profesional, por lo que, para ser sincero, su progresión en la empresa siempre me pareció justa. Cierto es que siempre estuvo en el lugar oportuno y cerca de las personas que podían hacer posible su ascenso, y he oido a gente criticar su meteórica ascensión basándose en lo de siempre: que si es un pelota, que si esto, que si lo otro. Pero a mi nunca me lo pareció. No tiene el perfil ni de pelota, ni de estratega de la conspiración para trepar. No. Para mi (igual me equivoco), sólo ha sido un tipo eficiente, trabajador y que ha tenido la suerte de estar en el sitio oportuno en el momento indicado. No hay ningún demérito en ello, todo lo contrario. Y personalmente, siempre me alegré sinceramente cuando él tenía la oportunidad de subir un escalón en su carrera.

 Ahora bien.... todo ese respeto profesional que le tengo (y ojo, que es el único directivo al que se lo tengo, porque hasta que no se demuestre lo contrario, los demás son una pandilla de inútiles que no saben hacer su trabajo), es directamente proporcional a la caida en picado que ha tenido en mi consideración hacia su persona precisamente como eso: como persona. Todavía hoy se me hace extrañísimo que nunca levantara un teléfono ni para advertirme, ni para consolarme, ni para explicarme. Raro, raro, raro. Porque hasta donde yo se , siempre tuvimos una buena relación. Y por eso no me cabe en la cabeza que, sin mediar problema alguno entre nosotros como colegas, haya tenido esta actitud tan apartada. Tan extrañamente apartada.
  Y como él nunca me lo ha explicado, pues a mi sólo me queda la alternativa de hacer conjeturas y especular sobre el porqué de su gélido comportamiento.
1-. Quizás sea su ascendencia germánica, donde los asuntos de la emoción se reservan para una esfera tan íntima, que ni por asomo se le ocurre sacarlos a la luz
2-. Quizás sea cobardía. Pero nunca lo tuve por un cobarde arrastrado, así que igual no es ese el motivo.
3-. Puede que sea verguenza. Porque sabiendo como se que este hombre se basa en la eficiencia y la precisión, se le debe estar cayendo la cara de verguenza al juntarse con los erráticos jerifaltes que la cagan día sí, día también.
4-. Puede que sólo sea una especial forma de "prudencia", y que no considere oportuno que se le vea confraternizando con un apestado para la empresa como lo soy yo.

   En fin, trato de buscar motivos y más motivos para justificar su actitud, pero me temo que el real sólo lo sabrá él por los siglos de los siglos.

  Lo que sí es cierto es que sea como fuere, tuvo que ser partícipe (aunque no creo que promotor) de la idea de despedirme. Y cuando lo fué, me pregunto qué se le pasó por la cabeza para tomar la decisión de escurrir el bulto de esta forma tan poco previsible. Al menos para mi. Pena, penita pena.
  En cualquier caso, nunca podré agradecerle bastante que en el juicio se comportara con decencia. Se limitó a no mentir y decir la verdad, que por otra parte es lo que se supone que se debe de hacer ante un juez. Otros no son capaces de hacerlo.
  En cualquier caso, y aunque ahora sea invisible para ti, gracias Perico.

  Anexo:
    En la encuesta que pueden ver a la derecha de este texto, alguien ha votado que SÍ, por lo cual aviso: Oye chaval...no vale votarse a sí mismo, que ya se que lees este blog. Eso es trampa ( tu medio natural). Y arréglate la corbata, anda...

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