La flor en el desierto.
Cualquiera que trabaje en este despropósito ya sabe que los que nos gobiernan no son precisamente los mejores de la clase en sus respectivas disciplinas. La cúpula directiva de esta cosa se retuerce de dolor gestionada por gente que no sabe hacer su trabajo y que aprende a base de hostias ( de dárselas ellos mismos y dárselas a los demás) a ejecutar una labor empresarial. Pero de momento, la perpetran, más que la ejecutan. Confiemos que el tiempo les vaya puliendo, igual que a los becarios estivales, que van aprendiendo a base del pasar de los días y de tener que enfrentarse a problemas reales.
Realmente una de las cosas más dolorosas de trabajar en esta empresa es la carencia de liderazgo. Nadie en quien poder confiar. Nadie de quien poder aprender. Ni una sóla figura a la que poder arrimarte para aprender algo. Solamente se puede aprender algo del oficio de algunos compañeros especialmente inquietos y que trasladan su profesionalidad y vocación más allá de las fronteras de este reducto de mediocridad. Pero los que encabezan direcciones y departamentos son las más de las veces un problema más para los trabajadores, que no sólo tienen que ir capeando como pueden sus labores diarias, sino además ser especialmente hábiles en esquivar las torpezas de quienes con sus carguitos no hacen más que poner piedras en los palos de cualquiera que pretenda trabajar bien.
Paradójicamente, en esta empresa se premia no a quien trabaja mejor, sino a quien más obedece y más pelota es. Ya puedes llevarte un pulitzer o un goya, que si no le caes bien al tonto de turno, aquí no progresas. Por el contrario, muéstrate sumiso, obediente, dórales la píldora, y enseguida te dan una coordinación ( o te ponen a editar insulares). No importa que los haya mejores que tú. Si genuflexas bien, tienes un hueco asegurado en el organigrama de los mandatarios.
Pero en este desierto de competencia, de vez en cuando florece una esperanza.
En el tiempo que llevo observando desde mi reincorporación judicial he podido darme cuenta de que tengo motivos de sobra para envidiar a mis compañeros de producción de las palmas. Parece que ellos sí que tienen un timón y un norte magnético al que mirar sin miedo en lo que al trabajo se refiere. Y es que esta chica que comanda la producción palmense, no sólo es amable, educada y agradable en el trato, sino que, además, conoce su trabajo y sabe hacerlo sin dejarse mediatizar por consignas de incompetentes. Una persona con conocimientos, experiencia y criterio: Aleluyah!!!!
No quisiera ser pájaro de mal agüero, pero con estas premisas lo que más me temo es que alguien de más arriba no tarde en hacerle la vida imposible. Porque ser competente y tener no sólo la formación, sino el coraje y los arrestos como para trabajar sin dejarse entorpecer por quienes sólo tienen un cargo, no es tarea fácil en esta casa. En cualquier caso, dure lo que dure, ¡ánimo y no cambies!.
Yo no tengo mucho trato (más bien ninguno) con nadie de los que mandan aquí dentro, y dada mi situación, procuro no poner a nadie en un compromiso mostrándome demasiado abierto o accesible. Bastaría que los tontainas de siempre me vean confraternizando con alguna persona, para que empezaran a joderle la vida por acercarse, o dejar que un apestado como yo se le acerque. Por eso me mantengo a una prudencial distancia, que no quiero contaminar con mi aura de “persona non grata” a nadie que no lo merezca. Pero sigo teniendo ojos en la cara, orejas a ambos lados de la cabeza, y criterio para sacar conclusiones. Y se reconocer a alguien que vale cuando tengo la oportunidad de observar.
Por eso, lo dicho: envidio a mis compañeros de producción.
En lo que a mi departamento respecta, yo ya tengo claro lo que me viene por delante. Voy a ser el eterno sustituto. Me ningunearán asignado a los insulares (esos informativos que no le interesan ni al ente), y sólo podré realizar los TN1 cuando haya que sustituir al titular (quitate tu pa ponerme yo). Hoy mi jefe me lo ha dejado meridianamente claro después de darle cuarenta vueltas con eufemismos y sin decirlo con la gallardía que se le presupone a una persona con un mínimo de agallas. Y me pregunto yo qué diablos costará hablar claro! Porque me ha costado dios y ayuda sacarle algo a alguien que debe tener ascendencia gallega, porque ante mi pregunta directa le ha hecho la cuadratura al círculo para responder sin responder, sin mojarse y sin que suene tan mal como es en realidad: Hay consigna para hacerme el vacío y mantenerme en puestos de poca relevancia, únicamente accediendo a los informativos de verdad cuando el titular se ponga malo o esté de días libres.
Era de esperar. Por eso le digo a mi jefe desde aquí que se deje de boberías, que no pasa nada. Y que hablaría mucho mejor de sí mismo si tuviera el coraje de decir las cosas tal y como son, en vez de empezar a darle vueltas como un niño chico. Que una de las cosas que da el carguito es tener que afrontar los problemas con valentía y no escudándose detrás del “yo no se, deja a ver que pasa la próxima temporada, ya veremos…” cuando sabe de sobras lo que hay y lo que va a haber por anticipado.
Y me gustaría dejar de envidiar a mis compañeros de producción por tener una jefa con un par de ovarios, y no sólo a un poneturnos aséptico a quien mojarse le cuesta un mundo.
En fin…seguiremos en la brecha.
Ya que tanto te gusta alardear de coherencia, deberías ser coherente y si tan a disgusto estás, presentar tu baja voluntaria de la empresa y dejarle el puesto ha alguien que quiera trabajar. Te conozco desde hace años y, amigo mio, eres un puto privilegiado por tener un puesto de trabajo que no mereces y con un sueldo que mereces menos todavía, heredado de aquel terrible adjudicatario llamado SOCATER que te permitió durante muchos años hacer menos de la mitad que tus compañeros cobrando más del doble. ¿Por que piensas que eres mejor que los demás mordiendo la mano que te da de comer? No me gusta lo que veo cada día en mi trabajo, pero es lo que hay. Así que deja de ladrar y ponte a trabajar. O si no deja tu puesto a alguien que lo aprecie.
ResponderEliminarPor cierto. No soy jefe y te aseguro que curro más que tú. Y cobro menos que tú. Espero que tengas la gallardía de publicar esto en tu blog de las verdades directas.
bueno, aquí tienes tu publicación para que todo el mundo pueda leer tu opinión. Y ahora que ya te has desahogado, veamos si eres tan valiente, porque tengo varias preguntas para ti:
ResponderEliminar1-. ¿tú sabes cuanto cobro?. Si es así, dilo...a ver si sabes tanto
2-. En que te basas para decir que hago "menos de la mitad de mis compañeros cobrando el doble"?...hasta donde yo se, mi trabajo es el mismo que el de otros realizadores. Hago las mismas horas, realizo los mismos informativos y desde el 99 tengo infinidad de jornadas maratonianas. Y me gustaría ver cómo argumentas lo contrario.
3-. Yo no soy mejor que los demás. Y no muerdo la mano "que me da de comer". Yo vendo mi trabajo y punto. A mi nadie me da de comer, sino que me dan un sueldo por el trabajo que desempeño. De comer me dieron mis padres cuando yo no podía valerme por mi mismo, no te confundas. Que el salario que me da la empresa no es caridad. Es un intercambio.
4-. Yo no voy a presentar una baja voluntaria hasta que me canse o me convenga hacerlo. Llevo 12 años quemándome las pestañas y dejándome la salud en esa empresa sin faltar ni un día y dándolo todo para que se me despache como quisieron hacerlo. Y no lo digo yo. Lo dijo un juez. Así que no des lecciones de coherencia.
5-. Yo no ladro. Yo escribo. Quizás deberías dejar de rebuznar tú y si tanto te disgustan esas cosas que ves en tu trabajo, abre la boca y quéjate, si es que tienes el valor para hacerlo.
6-. y hablando de valor, aquí yo escribo con mi nombre y apellidos. Si tú eres tan valiente, di quien eres y hablamos sabiendo quien es cada cual. Que refugiarse en el anonimato como haces tú sí que es de cobardes. Al fin y al cabo, yo no puedo despedirte ni represaliarte de ninguna forma. ¿A qué le tienes miedo?
Venga valiente....lúcete